El “síndrome del filósofo rey”
Este síndrome o complejo del filósofo rey es una compleja construcción conceptual que proviene, en esencia, de las ideas formuladas por el antiguo filósofo griego Platón, y ha encontrado resonancia en las estructuras contemporáneas de poder y gobernanza. Es una metáfora que trata de la tentación narcisista (maligna) de los intelectuales y filósofos para gobernar, basándose en la creencia de que su conocimiento y sabiduría los hace superiores para dirigir los asuntos que supuestamente afectan a los seres humanos (como si los problemas estuviesen objetivamente estandarizados). Platón, en su obra ‘La República’, postuló que solo aquellos filósofos que han visto la ‘Idea del Bien’ deben reinar sobre la polis (1).
Pero, ¿qué ocurre cuando los filósofos ascienden al trono? ¿Será acaso que el conocimiento teórico se traduce automáticamente en una praxis política eficaz? La historia nos demuestra que la respuesta es contundentemente no.
Tómese, por ejemplo, el caso de J. Robert Oppenheimer, el “padre de la bomba atómica”. Un hombre de conocimiento inmenso, filósofo y científico, quien, a través de su invento, cambió la cara del mundo para siempre. Su creación, a pesar de los nobles ideales de la ciencia, condujo a la devastación y a la amenaza constante de la aniquilación nuclear (2). Este es un ejemplo ilustrativo de cómo la sabiduría y el conocimiento, sin la guía de la ética y la sabiduría práctica, pueden llevar a la humanidad por un camino peligroso.
Síndrome del Filósofo Rey vs. Ingeniería Social
Entonces, ¿dónde se encuentra el paralelismo entre las personas con el ‘síndrome del filósofo rey’, el narcisismo maligno y la ingeniería social? La ingeniería social, en su forma más simple, es el intento de influir en la sociedad para que se comporte de una manera determinada. Es, en esencia, una forma de gobernanza, aunque a menudo se realice de una manera indirecta o incluso subrepticia.
La ingeniería social es a menudo promovida por aquellos narcisistas u Homo narcissus que creen tener un entendimiento superior de cómo debe funcionar la sociedad. Los promotores de la ingeniería social, al igual que los filósofos reyes, pueden caer en el fallo mental de considerar que su visión del mundo es la única correcta, y que tienen el derecho, o incluso el deber, de imponerla por la fuerza a los demás. Esta es una forma moderna del “síndrome del filósofo rey”, y sus efectos pueden ser tan perjudiciales como los de cualquier monarca autoritario.
Un ejemplo de esto puede ser la Revolución Cultural en China, dirigida por Mao Zedong, que buscaba transformar la sociedad china de acuerdo a su visión ideológica. Las consecuencias de este tipo de ingeniería social fueron devastadoras, así se acabó con la vida de millones de personas y de sus familiares quienes fueron letalmente afectados por las decisiones de un pequeño grupo de “filósofos reyes” (3).
El “síndrome del filósofo rey” es una poderosa metáfora que nos recuerda la importancia de la humildad y la prudencia en la gobernanza. Por más elevados que sean nuestros ideales y por más profundo que sea nuestro conocimiento o aguda nuestra inteligencia, siempre debemos recordar que nuestras acciones tienen consecuencias reales en la vida de las personas y que “el alimento para algunos, resulta un veneno para otros”.
El paralelismo con la ingeniería social es evidente. Aquellos que buscan influir en la sociedad deben hacerlo con un profundo respeto por la dignidad y la libertad de las personas. Porque, al final del día, la sociedad está compuesta por seres humanos únicos e irrepetibles, cada uno con sus propias ideas, sueños y aspiraciones. Cualquier intento de imponer una visión única del mundo, no importa cuán bien intencionada sea, está condenado a causar más daño que bien.
Síndrome del Filósofo Rey y Afán de Gobernanza
Así, mientras seguimos reflexionando sobre el papel del conocimiento y la sabiduría en la gobernanza, debemos tener en cuenta estas lecciones. No importa cuán tentadora sea la idea de un “filósofo rey”, la historia nos ha mostrado una y otra vez que el camino hacia una sociedad justa y equitativa pasa por el respeto a la subjetividad, diversidad y la pluralidad de voces.
Si quieres saber más acerca de la relación entre el síndrome del filósofo rey, el afán de hacerse de un gobierno y la histórica ingeniería social que se nos ha aplicado como sociedad, desde el origen del poder, no dudes en adquirir tu libro “Hegemón, Juicio y Sentencia contra el Estado”
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Bibliografía:
- Platón. (380 a.C.). La República.
- Bird, Kai, y Sherwin, Martin J. (2005). American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer. Knopf.
- MacFarquhar, Roderick, y Schoenhals, Michael. (2006). Mao’s Last Revolution. Belknap Press.
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